Es 1 de Noviembre, festividad
de Todos los Santos. Los dos grandes colectivos que se ven en la mañana
donostiarra son los ciudadanos que van al Cementerio a honrar a sus difuntos, y
los cientos de atletas que salen a correr para ultimar su preparación de cara a
la inminente Behobia.
De pie: Pepelu, Karmele, Txema y Aitor. Agachados: Juan Carlos, Rafa, Javier y Gorka |
Nosotros somos de los segundos.
Nos reunimos junto a la playa de Gros los korrikalaris de la foto. De ellos,
Gorka Busto y Pepelu Fonseca quieren hacer el marathon y la Behobia , mientras que
Aitor Bellosillo solo esta última. El autor de la foto es nuestro amigo
Arkaitz, que se ha presentado con una vetusta bici con la que se ejercita ante
la imposibilidad de correr. Nos saca unas fotos y se va a machacar.
Gorka, asentado en su papel de
macho alfa del grupo, es el que dirige el trote hacia el Alto de Miracruz.
Bajamos hacia Trintxerpe y seguimos hasta San Pedro, disfrutando de la vista de
San Juan. Pasamos por el Muguruza y seguimos hasta el final de la bocana del
puerto, rodeando el astillero de Ondartxo donde están terminando de remozar la
draga Jaizkibel, toda una joya de la construcción naval, que fue botada en 1933
en los Astilleros Euskalduna de Bilbao.
Regresamos, pero nos metemos en
Herrera para volver por la antigua vía del tranvía que unía este barrio con
Ategorrieta. Pasamos el túnel, seguimos por Intxaurrondo y en Ategorrieta
volvemos hacia la Avenida
de Navarra para finalizar en la playa de Gros. En el último tramo Aitor
Bellosillo acelera y nos pone en fila de a uno.
Gorka, el macho alfa del grupo |
Gorka Busto sigue corriendo para
acumular kilómetros, mientras los demás nos dedicamos a estirar, salvo Pepelu,
que se sienta al sol para recibir sus mágicos beneficios. Ha sido un recorrido de
12 kilómetros
muy agradable, distinto de los habituales, en una mañana soleada ideal para
correr.
Hemos disfrutado por la bocana del puerto de un panorama espléndido,
sobre todo para Rafa Azurza que nunca se había acercado hasta allí. Eso nos
confiesa, mientras realiza unos ejercicios que, más que estiramientos, son puro
contorsionismo. Relajados ya los músculos, nos disolvemos y cada mochuelo se va
a su olivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario