martes, 3 de abril de 2012

En bici por Andatza


Con José Luis Artola “Joxepo”, Presidente de la DYA, suelo salir ocasionalmente a andar en bici. Compartimos afición, siempre con BTT, y normalmente hacemos recorridos por la zona comprendida entre Igueldo y  Andatza, una zona que Joxepo se conoce como la palma de su mano, aunque dudo que tenga controladas éstas como tiene las pistas y senderos que cruzan su territorio comanche.

Comenzamos a salir con las bicis hace tiempo, cuando solíamos intercambiar opiniones sobre cualquier asunto relacionado con la DYA, costumbre que a los dos nos parecía mucho más saludable que hacerlo en un bar atestado de gente. He de confesar que yo jugaba con doble ventaja, la de ser Joxepo quien más tenía que hablar y la de ser él también quien tenía un aspecto más lucido, que es un elegante eufemismo para no decir que estaba un poco gordito.

En esas condiciones, yo me sentía como Miguel Indurain comparado con su hermano Prudencio, a qué negarlo. Pero ya sabemos que la vida es una sucesión de ciclos, y hoy Joxepo ha perdido un montón de kilos y, como nos vemos todos los martes en la DYA, ya no necesita comentar tan extensamente los asuntos como antes, por lo que destina el 100% de su oxígeno a pedalear. De hecho, puede pasar la tira de kilómetros sin pronunciar palabra y sin meterse una triste barrita energética. Como además se le ha quedado un rostro anguloso que lo lleva a medio afeitar, tal que una imagen del Greco, me suelo preguntar si voy con un ciclista o con un cartujo.

No hace falta decir que esa superioridad física de la que yo hacía gala ha pasado a mejor vida, por mucho que me empeñe en invitarle a bollería y recordarle lo alegre que era cuando estaba potolo. Confío, en fin, que este ciclo no se prolongue en exceso y que abandone ese espartano régimen gastronómico. A ver si es verdad y puedo recitar lo de Gustavo Adolfo Bécquer: “Volverán las oscuras golondrinas…”.

P.D. Una de las salidas con Joxepo, junto con Fernando Etxezarreta y Bixen Larrarte. Salida de Usúrbil, subir al Andatza por Txokoalde, bajar a San Pedro de Aia, llegar a la playa de Orio, subir por la cuesta al final de la playa (400 metros muy duros con mal piso), después una “subida técnica” –término que significa pendiente del 20%, piso de barro y pedruscos y obligación de echarte la bici al hombro y subir a cuatro patas-, bajar hasta la entrada de la autopista, subir Igueldo y a casa. Una vuelta parecida a la que dimos una vez Pello Esnaola, Mikel Beristain, Igor Zabalbeitia y yo, creo.







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