lunes, 30 de abril de 2012

Consternado Rajoy


Se lamenta Rajoy de las medidas que toma su gobierno y que, según él, a nadie le gusta tomar. Coincide con Zapatero, quien tampoco disfrutaba con los recortes. A ambos lo que les pone es repartir dádivas y no disgustos. Ya. El padre que contra su deseo propina una colleja a su vástago. 

Son los restos del naufragio de ese buenismo que tanto ha impregnado la política española. A falta de ideas, a falta de proyecto político, buen corazón. Ese necio infantilismo, ese querer gobernar a besos. ¿Qué es gobernar, Rubalcaba, me preguntas mientras clavas en mi pupila tu pupila azul? Ha tenido que ser la obcecada realidad la encargada de recordarles aquel eslogan de la campaña de Clinton: ¡Es la economía, estúpidos!





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