Leo a Lorenzo Silva en su reciente
obra “La marca del meridiano”. Y me detengo en las reflexiones del investigador
de la Guardia Civil ,
el Brigada Bevilacqua, compañero de fatigas de la Sargento Chamorro ,
mientras resuelven un asesinato.
Resulta que Bevilacqua es un buen lector y un ocasional practicante de running. Hay un
momento en que la novela de Silva se abre –como si el libro fuera una matrioska- y nos muestra al Brigada leyendo
a su vez la última novela de Michel Huoellebecq, el escritor francés que
escandalizó a su país con su primera obra “Las partículas elementales” y que
hoy se ha convertido casi en un clásico.
Esta frase del escritor francés:
“El miedo al gendarme es la verdadera base de la sociedad humana”, se le queda
grabada al Brigada Bevilacqua. Claro, es normal que nos resistamos a aceptar esa
omnipresencia del miedo, sobre todo en una sociedad libre. Pero sí creo en la
presencia del gendarme, aunque sea una presencia virtual que actúa como el
reflejo de Pavlov. Con la misma eficacia y con parecido automatismo. Recordándonos
que el incumplimiento de las leyes está penalizado. ¿O es que todos pagaríamos
impuestos si supiésemos que el no hacerlo iba a pasar inadvertido?
En este país donde frecuentamos
los restaurantes y las sidrerías, nos explicaron cien veces los riesgos de
conducir bajo los efectos del alcohol. Lo comprendimos a la primera… pero solo
comenzamos a respetar la medida cuando la Ertzaintza nos obligó a soplar -y a resoplar
cuando nos comunicaban el montante de la sanción-.
De todo esto no hay que deducir
que la honestidad del ser humano esté en entredicho. ¡Qué va! La bondad a las
personas es como el valor a los soldados: se les supone. Es solo que la
sociedad debe vigilar que esa virtud no se quiebre.
Egun on, Javier. Soy un fan de las andanzas de Vila y Chamorro. Tengo en casa la novela, que me la regalaron por mi cumple, sin empezar. ¿Te ha gustado?
ResponderEliminarEstoy en ello. Todavía no la he terminado pero me está pareciendo soberbia. Creo que el Premio Planeta que le han otorgado es merecido.
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