Mi admirado Artur Mas, cuya torpeza política
no tiene parangón en la democracia española, lejos de dimitir como era su obligación tras el desastroso resultado electoral va a ser investido como President
de la Generalitat
catalana, y máximo representante del Estado en la Comunidad , tras un
acuerdo alcanzado con Esquerra Republicana.
En ese pacto se compromete a convocar un
referéndum soberanista en el año 2014. Es por tanto un pacto que vulnera la ley
de forma explícita.
Este despotismo de usar la ley a su antojo, a
su pura conveniencia, cosa que se permite el máximo mandatario catalán pero que
no se lo permitirá a ninguno de sus ciudadanos si decidiera hacer lo propio con
sus intereses, no es doble moral. Es inmoralidad.
Dan ganas de vivir en un país tan aburrido como Suiza.
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