Se le veía exultante a Rajoy en Sevilla, en el Congreso del PP,
confirmando lo que suele decir Raúl Guerra Garrido, que nada tiene tanto éxito
como el éxito. No se engañe: hace tiempo ya que las elecciones
no las gana la oposición sino que las pierde el gobierno. Mucho más en periodos
de crisis, como hemos visto en media Europa. La gente no ha votado para que
venga Rajoy sino para que se vaya Zapatero. La circunstancia es que Rajoy era
el que esperaba en la puerta.
A los Presidentes de Gobierno les ocurre exactamente lo mismo
que a los entrenadores de fútbol, que les echan los resultados. Quizás exigimos
demasiado a los gobiernos, aunque mira a los italianos: “¿Piove? ¡Porco governo!”
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