Yo no me descarto

Merlene Ottey, la velocista de origen jamaicano, participará en los Campeonatos de Europa de Atletismo que se celebrarán en Helsinki entre el 27 de junio y el 1 de julio próximos. Ottey formará parte del equipo esloveno –país donde reside desde varios años- de relevos 4X100.

La noticia no tendría nada de particular si Merlene Ottey no tuviera 52 años. No sé cuánto hay de verdad en eso de que la velocidad en atletismo es más propia de los jóvenes, mientras que las carreras de fondo las llevan mejor los atletas curtidos.  A primera vista parece lógico asociar juventud con explosividad y fondo con veteranía, pero Merlene Ottey se ha encargado de desmentir esta regla… o de confirmarla como excepción.

A la Ottey la hemos visto correr en pista cubierta, en el Velódromo de Anoeta, en unos mítines donde también participaban Carl Lewis, Renaldo Nehemiah, Maurice Greene,  Danny Harris, etc., todos ellos atletas de primerísimo nivel. La jamaicana es una velocista con un físico espectacular y con un motor que no le va a la zaga, habiendo logrado acaparar 23 medallas entre Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales. En el ranking mundial de todos los tiempos, Merlene Ottey es la cuarta en 100 metros con 10.74 segundos y tercera en el de 200 metros con 21.64 segundos.

Pero no es la única noticia sobre deporte ni sobre veteranía, porque el jinete japonés Hiroshi Hoketsu, que acaba de cumplir 71 años, se ha clasificado para los Juegos Olímpicos de Londres, aunque existen dudas sobre su participación. Es de esperar que el caballo no será tan longevo.

Según consta, el medallista más viejo en la historia de los JJ.OO. es el tirador sueco Oscar Swahn, que ganó la medalla de plata en Amberes en 1920 a los 72 años. La modalidad, agárrense, era “doble disparo al ciervo móvil por equipos”.

Pues miren, yo con mis 63 años no me descarto. No para la maratón, porque no quisiera parecerme a aquel mongol que en los JJ.OO. de Barcelona, cuando el Rey declaraba clausurados los Juegos en el Estadio de Montjuich, todavía estaba corriendo penosamente por las calles de la ciudad (finalizó en  4h.00’44”, record de Mongolia).

Pero en esto del tiro no me ha ido mal en las casetas de las ferias. Y si me hacen el favor de sujetar un poco al ciervo, hummmm… yo no descartaría una medalla.