El Festival de Cine donostiarra
es glamour, alfombra roja, artistas y papel couché. Y cine, claro. Pero el
Festival también guarda su reducto para lo que discurre ajeno al cine
comercial, como los documentales. De estos, de uno de estos, me ocuparé
mañana. Hoy toca hablar de "Arbitrage" –“El fraude” en versión
española-, la cinta con la que se ha inaugurado el Festival de este año.
Comenzaré por el final diciendo
que la película me encantó. Nos tocaron unas butacas cerca de la enorme
pantalla del Kursaal, lo que me produjo la misma impresión que cuando vi en el
Astoria "El Cid", aquel largometraje donde trabajaban Charlton Heston
y Sofia Loren. Conservo el recuerdo imborrable de la actriz italiana en el
papel de Doña Jimena, cuya figura veíamos cuadruplicada con indisimulado regocijo
en la pantalla del Astoria. Cosa infrecuente en la actualidad, donde las
pantallas de las pequeñas salas de los multicines apenas superan las pulgadas de
los televisores que vemos en los comercios.
Es una buena película
"Arbitrage". Los protagonistas -Richard Gere y Susan Sarandon- realizan
una creíble interpretación de un matrimonio riquísimo donde el marido es un
halcón de los negocios y al que el éxito le sonríe en todas sus facetas:
empresarial, familiar, sentimental... Pero el andamiaje y la solidez de todas
ellas quedan al descubierto a raiz de un inesperado accidente. Como señala el
propio protagonista, la clave de su trabajo y de su vida son las letras que
contiene la palabra d-i-n-e-r-o. Y el dinero será el único timón que guíe su
vida, con el acompañamiento ornamental -y nada más que ornamental- de su
familia, amantes y amigos. El comportamiento hipócrita de la burguesía no es
motivo de escándalo en Europa, si es que lo es en algún sitio. Pero en fin,
hasta sería injusto incluir a estos hombres de negocios entre la burguesía. Son
la nueva clase dominante, donde la única clave, el beneficio rápido y amoral,
está en la base de la crisis que comenzó en USA y se extendió a Europa con
rapidez.
Buena dirección, buen guión y
buenas interpretaciones entre las que reconocí la impresionante voz de Reg E.
Cathey, en un pequeño papel de abogado, que me hizo recordar la serie "The
Wire", donde ejerce de asesor del alcalde de Baltimore.
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