viernes, 11 de mayo de 2012

Menú de entre semana


Menú deportivo, no gastronómico. El lunes en el gimnasio, nos metemos en clase de spinning Angélica, Juan, Olatz, José Luis y una docena más de machacas. De monitor oficia Asier, que se encarga de hacernos sudar durante una hora. Asier lo hace genial, pone música casi siempre sorprendente, anima, canta, hace cantar, provoca… Si no fuera por el cansancio, se te pasaría la clase sin enterarte.

El martes, quedamos los del Baracefano en Anoeta a las 15,15h. Acuden los de la foto: los hermanísimos Gorka y Ion Busto (este que llevaba tiempo sin aparecer), Josema Brosa, Kontxi Martinez, Rafa Azurza, Carlos Hernando, Karmele Mitxelena y yo.

Rafa, Josema, Kontxi, Gorka, Carlos, Karmele y Ion
Con un bochorno considerable arrancamos hacia el Parque de Cristina-enea, luego Paseo Nuevo, Paseo de la Concha y paramos a beber agua en la fuente frente a La Perla, porque el calor está acabando con nuestras fuerzas. Primero se ha quedado Kontxi, luego Ion y Karmele, más adelante Josema… y a la fuente llegamos los cuatro restantes. De allí queremos subir por el vial y bajar hacia la fábrica de Gas para terminar en Anoeta. Pero Gorka y Carlos también desisten y se vuelven por la calle Easo. Al final, es Rafa Azurza –cada día más entonado- quien me anima a subir por el vial. Le acompaño hasta Anoeta y me vuelvo a casa, desde donde había salido. Total, 15 calurosos kilómetros.

El miércoles salimos con la bici mi hijo Asier y yo. Cuando viene de Valladolid, como ahora, siempre aprovechamos para pedalear un rato juntos. Para pedalear… y para pasarme por la piedra, como es natural. Eso de mirar de reojo en cualquier puerto y observar que tu padre va jadeando como un perro, produce una filial satisfacción. El caso es que salimos de Amara, con mucho calor, llegamos a Hernani y subimos hasta Arano. Asier se va por delante porque está como un tiro.

Asier en Arano. Luego vendría lo peor
De allí volvemos y antes de Ereñozu tomamos la pista hacia donde está el Restaurante Iturrralde. Es una pista de cemento que comienza con una pequeña subida pero que, tras atravesar una langa, se empina lo indecible. Es una pared que nos hace echar los higadillos y a mí me obliga a meter todo el desarrollo que llevo. La subida se hace muy dura y muy larga, y la bajada nos lleva hasta Cuevas de Landarbaso. De allí a Perurena… y a casa. Han sido 55 kilómetros, más calurosos todavía que los de ayer.

El jueves, Asier y yo nos relajamos en el gimnasio. Un poco de remo, unas máquinas de brazos, hombros, pectorales y abdominales, un poco de elíptica y un poco de cinta. Luego estiramientos. A Asier le ayuda Aratz a estirar y consigue extraerle unos gemidos y unos gritos de dolor tales que me cuesta esfuerzo contener la risa. Ducha, un café con Juan Carlos Fano, otro con José Manuel… y a casa.

Y el viernes, un poco antes de escribir estas líneas, el ilustre ex-delantero centro del Berio, D. José Luis García Murga, me engancha a las siete y media de la mañana y me lleva corriendo hasta la cima del monte Ulía. Tiene ya en mente la Behobia y, aunque falte medio año, su fase de mentalización y de acumulación de kilómetros la ha comenzado con disciplina. Son 16 kms. panorámicos, pues las vistas de Ulía bien valen el entrenamiento. Creo, espero, deseo, que el fin de semana tocará descansar. Amén.




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