miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Política penitenciaria?


Este lunes pasado, J.M. Ruiz Soroa publicaba en el DV un espléndido artículo titulado “Una realidad irreal”, en el que abordaba el problema de la delincuencia y de la política penitenciaria española.

Frente a todas las creencias, los datos de Ruiz Soroa son reveladores. Quién nos iba a decir que tenemos en España un índice de infracciones por cada mil habitantes (45) sensiblemente menor que el Reino Unido (84) o la avanzada Suecia (121). Increíble.

Cárcel de Martutene
Sin embargo, la tasa de encarcelamiento en España es de 163 por cada 100.000 habitantes, superior a la del Reino Unido (150) o la de Francia (96). Un contrasentido, sí. Pese a ello, existe una percepción generalizada de que las penas que se imponen a los delincuentes son blandas.

Es evidente que algo estamos haciendo mal, como vienen clamando en el desierto desde hace mucho tiempo José Mari Larrañaga y los miembros de Arrats, que se apoyan en esta realidad irrefutable de los datos para oponerse a la construcción de macro-cárceles como la de Zubieta y defender cambios profundos en la política penitenciaria. Ellos critican esta nefasta política pero, además de la denuncia, intentan corregir sus secuelas desarrollando un impagable esfuerzo en el cuidado y la reinserción de la población reclusa. La Asociación Arrats, ya lo hemos dicho en otras ocasiones, es un hermoso ejemplo de que se puede predicar… y dar trigo.

Lo increíble es que este terreno, que es donde debería producirse un auténtico debate ideológico sea donde menos se mueven las cosas, gobierne quien gobierne. Los partidos –de derechas, de izquierdas o tridimensionales- siguen legislando a golpe de emoción y a manotazo de populismo. Así nos va.


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