jueves, 18 de octubre de 2012

A por él


Abierta la veda contra Lance Armstrong todo el mundo se apresta a coger alguna piedra para participar en la lapidación. Hombre, alguno hay que se opone rugiendo: “¡No le tiréis piedras… a ver si le cogemos vivo!”.

La casa Nike, por ejemplo, ha comunicado la ruptura de sus contratos con Armstrong por “claras evidencias de dopaje”. Como es conocido, la marca Nike es un icono del deporte limpio, faltaría más. Lo que no es óbice para que, según el <Libro negro de las firmas de marca>, Nike haya sido denunciada por empleo de mano de obra infantil y por otras menudencias laborales en sus factorías del Tercer Mundo.

Con Armstrong se repite la historia: de gloria universal a apestado. Pero en fin, al margen de esta vieja hipocresía, me sigue llamando la atención que ningún ciclista, ninguno, le haya denunciado motu proprio. Han declarado contra él sus propios compañeros, pero ninguno de sus rivales se ha escandalizado, ni le ha llamado tramposo. Ellos, los perjudicados, se abstienen de criticarle, de pedir castigo para él, de exigir los trofeos que les arrebató con ventaja. Extraña actitud salvo que… ocurriera lo que usted y yo imaginamos.

Ahora ha salido David Millar insinuando que Miguel Indurain también se metió EPO. Y qué curioso, solo ha habido un manto de silencio. Y nadie se ha llevado las manos a la cabeza, porque a estas alturas del docudrama la noticia sería que algún ciclista no se hubiera metido nada.

Yo no defiendo a Armstrong, ni a Contador (¿o nos seguimos creyendo la historia del filete de la carnicería de Irún?), ni a Schleck, ni a Ulrich, ni a Basso, ni a Vinoukurov, ni a Landis, ni a Millar, ni a Beloki, ni a Heras, ni a Pantani, ni a Hamilton, ni a Ibán Mayo, ni a ese larguísimo pelotón de ciclistas sancionado por dopaje. Digo que el ciclismo se ha convertido en el reino de los fariseos. Todos saben lo que hacían los ciclistas pero todos han preferido mirar para otro lado, cuando no disculpar al infractor, como han hecho las autoridades y los periodistas españoles hasta la suciedad, perdón, hasta la saciedad. R.I.P el ciclismo. Entre todos lo mataron y él solito se murió.




No hay comentarios:

Publicar un comentario