A mediados del mes de febrero se suele
celebrar el Cross de San Hilario. Es una carrera que la organiza la Asociación
de Empleados de la Kutxa y que tiene como señas distintivas la inscripción
gratuita y el convite a pintxos de txorizo y caldo que se ofrece a los
participantes y espectadores.
Iñaki Zubimendi en pleno esfuerzo |
Tras muchos años de ser el responsable de su
organización, Juan Carlos Fano le ha pasado el testigo a Igor Ayerbe, quien despliega
sus dotes organizativas apoyándose en un equipo formado por Josean Escribano,
Juanjo García, Josema Brosa, Pepelu Fonseca, Karmele Mitxelena, Iñaki
Zubimendi, Vicente Mier, Juan Carlos Furundarena y algunos amigos más. De
speaker suele oficiar Iñaki Almandoz y las labores fotográficas están a cargo
de Txema Lakidain.
La carrera consta de tres vueltas a un
circuito en Miramón, en el Parque Tecnológico. Son 6,5 kilómetros, pero es una carrera exigente, pues
el repecho junto a las Torres de Arbide suele dejar fundido al personal.
De nuestro grupo, el Baracefano, hemos
participado este año un buen puñado, pese a los cuatro grados bajo cero que
marcaba el termómetro.
Nada más darse la salida, Iñaki Zubimendi fue
quien se colocó el primero de nuestro grupo, pero el haber salido sin calentar
debido al trabajo organizativo no le permitió completar más que dos de las tres
vueltas, eso sí, a un ritmo muy vivo.
Karmele se crece en la competición |
Después iba yo, en un grupo en el que
también estaban a poca distancia Carlos Hernando y Mikel Beristain. Al comenzar
la segunda vuelta, Mikel se me echó encima, pero su falta de entrenamiento le
impidió seguir a la par. Con Carlos conseguí mantener una mínima distancia
hasta el final. Hizo una buena carrera Iker Alzate, por delante de Mikel
Beristain, Rafa Azurza, Karmele Mitxelena –que siempre se crece en la
competición- e Igor Ayerbe, que salió a rodar para airearse un poco de las
tareas organizativas. Luego hicieron su entrada Vicente Mier y Juan Carlos
Fano, cumplidores ambos.
A destacar el arrojo de Iñaki Zubimendi y
Mikel Beristain, pese a que al final la dureza de la carrera les pasara
factura. Me recordaron el viejo dicho: “El
urogallo cuando canta se delata y muere, muere pero canta”. Pues eso.
¡Cuatro bajo cero!
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