Todo político que aspire a gobernar –de derechas, de izquierdas,
da igual- promete que no va a tocar el Estado del bienestar. Líneas rojas,
dicen, que no van a traspasar. Ya. Pero todos lo hacen cuando cuando no hay
dinero para sufragarlo, como es lógico. ¿Cuál es entonces la diferencia entre
la derecha y la izquierda? Pues mire, la derecha recorta a gusto, disfrutando;
la izquierda a disgusto, solo cuando se ve obligada. La derecha, unos cabrones;
la izquierda, una ONG. Esta es la altura del debate ideológico.
Lástima, porque lo que procedería es preguntarse si el Estado
del bienestar es sostenible tal como tenemos el bolsillo. Y si no lo es, la
socialdemocracia –que tanto hizo por impulsarlo en toda Europa- debería ser
quien primero propusiera fórmulas para hacerlo sostenible. Pero parece que es
pedir peras al olmo. Y no lo tienen tan difícil: les bastaría con copiar y
pegar.
Un par de artículos de Paul Krugman que hablan del Estado de bienestar y de uno de los países que más identificamos con ese tipo de organización política, Suecia. Ambos artículos son muy interesantes:
ResponderEliminarhttp://aquevedo.wordpress.com/2011/11/22/paul-krugman-leyendas-del-fracaso-del-euro-y-politicas-de-austeridad/
http://miguelks.blogspot.com/2005/08/el-modelo-sueco-funciona.html
Olof Palme fue uno de los que puso las bases de lo que debería ser el socialismo democrático frente al socialismo real. Y esas bases, léase estado del bienestar, han servido de guía a toda la socialdemocracia europea. Por eso los socialistas, en España y en toda Europa, necesitan más que nadie que el estado del bienestar funcione, porque de lo contrario se quedan sin modelo y sin proyecto.
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