Acérquese usted a cualquier acto cultural,
al cine, a una exposición o a una conferencia y observará una mayoría
abrumadora de mujeres. Yo no sé si es una anécdota o se puede elevar a
categoría. Sea lo que sea es un eslabón más en la certeza de que no es que el
futuro vaya a ser de las mujeres, no, es que ya lo es el presente.
Podemos preguntarnos como el poema de
Alberti: ¿Pero dónde los hombres? Desde luego, en los campos de fútbol y en
algunos bares jugando a cartas se puede observar el fenómeno contrario: ahí los
hombres ganan, y por goleada. Aunque conviene no abusar de las
generalizaciones, pues ya sabemos que todas son falsas, incluso esta.
Mientras las mujeres despliegan esa inquietud por conocer, esa
curiosidad que las hace ser mejores o al menos
intentarlo, muchos hombres siguen inmersos en su rol, observando desconcertados
el final de su hegemonía. Y en ocasiones, en demasiadas por desgracia, sigue
habiendo machos que saludan el afán de emancipación de sus mujeres con el mismo
entusiasmo que Bachar el Asad festeja el ansia de libertad de los sirios.
Los hombres informan, las mujeres comunican,
me suele recordar Gema. No es mala definición.
No solo en los campos de fútbol y en los bares, también encontramos a los hombres en los consejos de administración, en los puestos directivos, en las esferas del poder...
ResponderEliminar