martes, 10 de julio de 2012

Dormir en la cueva, despertar en Jamaica


El documental “La cueva de los sueños olvidados” es un trabajo de Werner Herzog donde nos muestra, en 3D, los interiores de la cueva francesa de Chauvet, en cuyas galerías se pueden contemplar una gran cantidad de pinturas rupestres con más de 10.000 trienios de antigüedad.

El film dura 95 minutos, de los que yo eliminaría la mitad. Una cueva y el arte rupestre dan para lo que dan, y sus cientos de animales pintados –de indudable interés científico- no son como para tener a un espectador pegado a la pantalla durante hora y media.

Exactamente lo contrario se puede decir del documental “Marley” que relata con ritmo y con vigor la vida de la máxima estrella del reggae, el jamaicano Bob Marley. El film, dirigido por Kevin MacDonald, se adentra en la historia del músico desde sus comienzos en una aldea jamaicana hasta su muerte, ocurrida en Miami en 1981, a los 36 años de edad, debido a un cáncer extendido por todo su organismo. Es un relato intenso y objetivo, que nos presenta a Marley como fue, con sus brillos y con sus mates, sin eludir los aspectos más controvertidos de su vida.

La película relata su evolución musical, desde el ska hasta el reggae, con su profunda convicción religiosa que le hacía autodenominarse rastafari, hermanándole de forma singular con Etiopía -el hogar espiritual de los rastas-, y su emperador Haile Selasie, cuyo nombre era Ras Tafari Makonnen, para los jamaicanos una especie de reencarnación de Jesucristo.

Por encima de su faceta musical, Bob Marley ejerció un indiscutible liderazgo en Jamaica. Al estilo de lo que luego haría Nelson Mandela, que vio en el Campeonato del Mundo de Rugby la ocasión para unir a un país profundamente dividido, Marley ofreció un concierto en Kingston en 1976 para promover la reconciliación nacional, pese a haber sufrido un atentado unos días antes.

Naturalmente, la música de Marley está presente a lo largo de todo el documental, lo que es un ingrediente más para que las dos horas y media que tiene de duración pasen sin enterarnos.

Exactamente lo contrario de la cueva, sí. Lo dicho: dormir en la cueva, despertar en Jamaica. 


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