lunes, 24 de septiembre de 2012

Corriendo por el Aldura


Este pasado sábado nos dejamos ganar por los cantos de sirena de Pello Esnaola -un Marco Polo con la ventaja de ser de Ataun y no de Venecia- y decidimos hacer un entrenamiento por monte. Quedamos en Susperregui, un poco más arriba de la campa de Listorreta, a las 8,30 de la mañana y nos presentamos los siete que aparecemos en la foto. El propósito era dar la vuelta al Monte Aldura: algo más de 12 kilómetros de recorrido y algo más de una hora en cubrir la distancia. 
Rafa Azurza, Igor Zabalbeitia, Gorka Busto, Javier Barace,
Juan Carlos Fano, Pepelu Fonseca y Pello Esnaola

La mañana estaba preciosa, soleada y con algo de fresco. Partimos de Susperregui y subimos por la pista hacia el cruce con Urdaburu. Allí tomamos una bajada desde la que se percibía al fondo, por debajo de nosotros, la Presa del Añarbe y los bosques cercanos cubiertos por una densa niebla. Al final de la bajada, venía una pista relativamente llana de unos cuatro kilómetros. Un camino precioso por medio de una ladera boscosa y absolutamente desierta y silenciosa. Silencio que solo rompía el sonido de algunas esquilas de las ovejas que pastaban cercanas.

En este camino descubrimos la vena botánica de Igor Zabalbeitia. Igor nos iba orientando con autoridad: eso es un haya, eso un roble, aquel un "pinus sylvestris"... Rafa Azurza, que estuvo acertado cuando señaló que Igor -que iba todo de negro- parecía haberse reconvertido en el Padre Mundina, no se quedó a la zaga ni corriendo ni en la extensión de sus vastos conocimientos. Así, asoció el trinar de un pájaro a un abejaruco y observó que la huella de la pisada de un mamífero era similar a la de un karibú. Además, nos sacó su vena de imitador de sonidos de animales que ya conocíamos en su increíble glugluteo de los pavos. En esta ocasión, cada vez que saltaba un tronco cruzado o cualquier obstáculo lo acompañaba de un ronco y seco balido, que nos hacía sentir parte de un atlético rebaño de ovejas latxas. No crean, era difícil correr y contener la carcajada. Más práctico, Pello intentaba encontrar algún hongo que llevarse a la faltriquera, pero con nulo resultado. 

Igor y Gorka marcaban el ritmo y se afanaba Fano en no quedarse atrás, mostrando una recuperación milagrosa. Los últimos tramos del recorrido eran un barrizal que nos dejó impresentables. A todos menos a Pello, que se quedó un poco atrás y que debió sortear el tramo saltando de liana en liana.

Mapa y datos del recorrido

Al final, satisfechos. Foto, limpieza de zapatillas en la fuente de Susperregui y cambio de atuendo. ¡Qué espectáculo! Pello se calzó unas bermudas de la época californiana de los Beach-boys; Rafa, unos amplísimos pantalones rojos modelo "Txiribiton-Rap model", y el bilbaino Igor Zabalbeitia, un conjunto "Climalite sport fashion", mientras Pepelu Fonseca se desprendía del forro polar que se había puesto por si refrescaba, que el tiempo es muy traidor, y se embutía en la habitual camiseta dos tallas inferior, y Gorka Busto hacía lo propio despojándose del pantalón modelo Kobe Bryant. Solo Juan Carlos y yo mantuvimos una cierta normalidad en nuestra indumentaria.

A la vuelta, en el coche con Rafa, satisfacción por el entrenamiento. Satisfacción solo enturbiada por un persistente aroma mezcla de choto, boñiga y barro que nos acompañó durante todo el viaje.



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