jueves, 27 de septiembre de 2012

La soberbia de Mas


Tengo grabada en la retina las imágenes de los encuentros de Mas con Rajoy y el Rey. La impostada soberbia, la estudiada frialdad del President de la Generalitat en ese afán de aparentar un encuentro entre iguales. Y luego, su desprecio a la ley, su chulería: “Si el Gobierno lo autoriza, convocaré un referéndum; si no lo autoriza, también”. 

No me fío de las personas, generalmente hombres, que se envuelven en banderas. Sea en la ikurriña, en la senyera o en la española, tanto da. Suele tratarse de hombres que aspiran a ser prohombres. Personas a las que les parece que la tarea de gobernar y administrar se les queda pequeña, que han nacido para algo más, para ser los profetas que conduzcan a los ciudadanos a la tierra prometida.

Aquí ya tuvimos nuestra ración con Ibarretxe. Por eso no dejo de mover la cabeza desolado. Otra vez ese inmenso aburrimiento, otra vez la feria de las vanidades… o de las identidades, que viene a ser lo mismo. ¡Qué otoño nos espera!

Decía Isaiah Berlin que el nacionalismo es "una inflamación patológica de una conciencia nacional herida". Voy por ibuprofeno.


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