miércoles, 26 de septiembre de 2012

Festival de Cine. Y el candil (y II)


Naturalmente, el documental de Juan Miguel Gutierrez “Mur-mur” no atrae los focos del Festival como lo hace “Arbitrage”. Y sin embargo emociona más. El documental nos cuenta la historia de seis presos comunes que nos desgranan las circunstancias que les llevaron a prisión, su vida en la cárcel y la dificultad de superar el desierto social y emocional que les espera cuando obtienen la libertad.

No crea, no son peripecias extraordinarias las que han protagonizado. Son vidas tan comunes como la de usted o la mía, pero recuerde lo que decía Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias”. Pues bien, han sido sus circunstancias las que les han hecho acabar en prisión. Es lo que nos relatan mirando a la cámara con una formidable valentía y no menor dignidad Toñi, Katia, José Mari, Alejo, Oswaldo y Juan Mari.

También participan en el documental asociaciones que les acogen y les ayudan en la difícil integración una vez que salen de la cárcel. Responsables de Loiola-etxea y del Aterpe de Cáritas, y Haizea Baltasar y Amaia Lasheras por parte de Arrats, que complementan un relato impactante de esta realidad semi-oculta, de la que solo se habla en susurros (Mur-mur).

José Mari Larrañaga lo cuenta muy bien: para entrar en la cárcel no tienes que hacer nada, te llevan una vez que has delinquido. Pero cuando te dan la libertad y sales por la puerta empieza lo peor. Solo, sin trabajo, sin techo y con el estigma de ser un recluso, la integración social es una labor ardua, por no decir casi imposible.

El documental de Juan Miguel Gutierrez es excepcional. Tiene el inmenso valor de unos testimonios emocionantes que constituyen una durísima denuncia del sistema penitenciario que tenemos. Pero también nos muestra el vigor y el profundo humanismo que late en una parte de nuestra sociedad, en estos colectivos que dedican lo mejor de sí mismos a ayudar y aliviar los graves problemas de estas personas.

Miguel Hernández pensaría en gente así cuando escribió hace muchos años: “…que hay ruiseñores que cantan/encima de los fusiles/y en medio de las batallas”.


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