jueves, 24 de enero de 2013

Malos reyes, muchas leyes

Nuestros gobernantes tienen que hacer cumplir la ley, sí,  pero lo que más les gusta es hacer leyes. Y si no se cumplen, ya prepararán otra ley para conseguirlo. Si violan a una niña, nueva ley más sancionadora; ¿que la gente desconfía de las administraciones?, ley de transparencia al canto; ¿que hay dudas sobre las pensiones?, nueva ley de sostenibilidad de las pensiones; ¿que los desahucios se han convertido en un escándalo?, marchando una ley sobre desahucios. Y así hasta el hartazgo.

Cuando queremos acallar a la opinión pública elaboramos una ley; cuando queremos que funcione lo que no funciona, ídem de ídem… Es como si careciéramos de legislación suficiente, cuando lo que tenemos es legislación de sobra. Tomen nota: en España existen más de 100.000 leyes. ¿No sería más juicioso trabajar para que se cumplan las leyes vigentes en vez de emplear el tiempo en crear nuevas?

Pues no: se legisla en caliente como si la ley fuera el remedio inmediato. Luego vienen las disposiciones, las normas, los reglamentos… No le faltaba razón a Juan Rosell, el Presidente de la CEOE, cuando afirmaba que nuestro país es un galimatías legal. Lo que decía el viejo refrán: Malos reyes, muchas leyes.

Ahora, con el caso Bárcenas, el Gobierno del PP quiere proponer a los demás partidos un pacto contra la corrupción, pacto que seguro que acabará en una nueva ley. Y sin embargo, los principales partidos políticos no deberían esforzarse demasiado en promulgar leyes contra la corrupción- que la tienen instalada dentro-, bastaría con que extendieran entre sus miembros el sentido de la decencia.





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