viernes, 25 de enero de 2013

Paradojas en Euskadi


Gracias a la Ley de Territorios Históricos de 1983 -que supondría la ruptura del PNV entre centralistas y foralistas al imponer estos sus tesis, y la creación de EA- la Comunidad Autónoma Vasca goza de una particularidad: sus máximos órganos de representación, el Parlamento Vasco y el Gobierno Vasco, carecen de autoridad para determinar o ejecutar la política fiscal, que queda como competencia exclusiva de las Juntas Generales de cada provincia.

Esta ausencia de armonización fiscal supone que en Álava se pueda tributar de forma distinta que en cualquiera de los otros dos territorios históricos y viceversa. No hará falta subrayar las diferencias programáticas que existen entre Bildu (Gipuzkoa), PP (Alava) y PNV (Bizkaia) en materia impositiva para hacer visible esta posibilidad.

Pero siendo éste un asunto delicado, no es lo único negativo de esta situación tan singular. Porque esta distribución de competencias lo que hace es crear una red de duplicidades y clientelismo que termina por lastrar el bolsillo de los contribuyentes.

El representante de UPyD, Gorka Maneiro, pidió una reforma profunda de la Ley de Territorios Históricos porque “no se entiende y no es razonable que una comunidad autónoma como la vasca, de 2,2 millones de habitantes y 7.200 km2. tenga cuatro parlamentos, cuatro gobiernos, tres políticas fiscales y tres haciendas”.

Patxi López, al final de su mandato, también realizó una propuesta similar y ambos políticos cifraron en 400 millones de euros el coste de las ineficiencias y duplicidades que genera la LTH. Me habría gustado que el PSE hubiera hecho esta propuesta a comienzos y no al final de la legislatura, cuando no quedaba tiempo para llevarla a cabo.

Pero además de diferencias tributarias y de ineficiencias y duplicidades, hay una cosa que clama al cielo: la afición que tenemos en este país a los fueros y a los derechos históricos. No he conocido asunto tan antidemocrático como que el deseo de los muertos prevalezca sobre la voluntad de los vivos.


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