viernes, 10 de febrero de 2012

Deporte y religión

23 Octubre 2006
Para muchos, el atletismo es un deporte. Para algunos, una religión. La edad media de nuestro entrañable pelotón nos exime de intentar algún record del mundo, ni de pensar que el atletismo nos va a dar fama o dinero. En general, nos conformamos con estar en mejor estado de salud.

La religión nos permite aspirar a la inmortalidad. El atletismo -más modesto- nos promete vivir más y mejor.

No sé. No veo claro ese temor a no ser capaz de concluir un marathon, ese enorme sacrificio previo o esa decepción incontrolada por una marca fallida. Hay ocasiones en que la resistencia al envejecimiento, el deseo de vivir más -¿cuánto más?- tiene que ver más con la religión que con el deporte.

Y conviene tenerlo en cuenta. Sobre todo, para no dar positivo. Ya se sabe que la religión es el opio del pueblo.

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