viernes, 10 de febrero de 2012

Salud, maldito tesoro

6 Noviembre 2006
Solemos presumir de salud, y es comprensible. No conseguimos registros espectaculares, ni fama, ni dinero, ni reconocimiento deportivo, así que es lógico que como compensación a las horas de sufrimiento que nos produce correr, estemos al menos ufanos de nuestra salud.

Y este es un dato cierto... en parte. Es verdad que la población que tiene la edad media del Donostiarrak se atiborra de pastillas para la tensión o para el colesterol, y nos aventaja en cintura. Pero no todo el monte es orégano. El cirujano cardiovascular Alfonso Sáenz, gran ciclista y con el que hemos compartido kilómetros de footing, solía advertir: "Lo que es seguro que es bueno para el corazón, para la salud, es andar. Lo demás...".

Hay numerosas noticias de fallecimientos que se han producido practicando el atletismo. El de Diego García es un ejemplo cercano, pero más lo son los de nuestros queridos compañeros Alex Altuna y Alberto Moral.

Probablemente sean pocos casos como para sacar conclusiones radicales, salvo para certificar que también en el deporte, y no sólo en el amor, el corazón tiene razones que no entiende la cabeza.

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