viernes, 10 de febrero de 2012

No problem

5 Marzo 2007
El recientemente fallecido Ryszard Kapuscinski, corresponsal de prensa polaco y autor de numerosos libros de viaje, le daba particular importancia al lenguaje gestual. Cosa extraña siendo escritor. De hecho, en uno de sus libros, relata un viaje por Africa en el que se adentró en Etiopía. Tuvo que contratar a un chófer etíope, Negusi, cuyo conocimiento del inglés se reducía a dos palabras: problem y no problem.

Con esa breve ristra de palabras, más el lenguaje extraverbal, recorrieron tres mil kilómetros por los caminos etíopes, haciendo frente a innumerables peripecias. Les detenía una patrulla del ejército y Kapuscinski preguntaba: ¿Problem? Respondía Negusi: Problem. Entonces, el periodista entregaba diez dólares al chófer, éste se los pasaba a los militares, giraba la vista hacia Kapuscinski y le comentaba: No problem. Y seguían camino.

¿Son pocas dos palabras? Parece que sí. Aquí utilizamos muchas más, aunque nos entendemos mucho menos. Hace poco lo recordaba –con razón- otro periodista: para saber la verdad de lo que pasa es necesario leer cuatro periódicos por lo menos.

Pensándolo bien, el atletismo también es un deporte de pocas palabras. De hecho, con esas mismas dos nos bastarían.

Pongamos que en una carrera vas con un compañero. Le preguntas: ¿Problem? Si te mira con ojos agónicos y responde afirmativamente: Problem, ya sabes que es el momento idóneo para cambiar de ritmo y dejarlo tirado. Cosa que a todo el mundo le parece muy fea, pero que el buen atleta practica con singular regocijo. Por eso, aunque vayamos desfallecidos y sea nuestro último estertor, la respuesta es obligada: No problem.

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