lunes, 13 de febrero de 2012

La justicia soy yo

Tenemos una justicia que no siempre funciona bien. Entiéndase: solo acierta cuando sus sentencias coinciden con mis opiniones. Este es el panorama. El Tribunal Supremo ha condenado a Garzón por unanimidad y el Diputado a Cortes, Gaspar Llamazares proclama: "Diga lo que diga el Tribunal Supremo Garzón es inocente. Ni respeto ni acato la sentencia". Cuando el TSJ de Valencia absolvió a Camps, opinaba así: "Dudo que esta sentencia se corresponda con el papel de la justicia, en mi opinión es la justicia al revés". Antes, en el caso del 11-M consideró que "con la sentencia resplandece la verdad material de los hechos". Y se ve que lo único que resplandece es la contrariedad de Llamazares cuando las sentencias no se ajustan a sus deseos. No es el único, claro. Basta seguir la prensa para percatarnos de que algunas redacciones se han convertido en salas penales, con su aportación de pruebas y anticipo de sentencias.
 
Parece como si todos quisiéramos emular a Luis XIV, el Rey Sol: "la justicia soy yo". Menos mal que no es verdad, porque aviados estábamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario