viernes, 10 de febrero de 2012

La literatura y el atletismo

11 Diciembre 2006
Por mucho que el marathon provenga de la célebre batalla, y los propios griegos organizaran sus olimpiadas hace más de dos mil años, el atletismo, por no decir que casi todo el deporte, es un invento moderno. Hasta recién -que diría un argentino-, se corría por necesidad.

Que apenas exista literatura sobre el atletismo es una consecuencia lógica. Tenemos "La soledad del corredor de fondo", de Allan Sillitoe, que sería el best seller del género. También se puede encontrar en los catálogos "La chica de oro", de Peter Lear, una mediocre novela sobre las peripecias de una velocista, y "La carrera de Flanagan", de Tom Mcnab, un insólito relato sobre una carrera de costa a costa en U.S.A.. Y hace unos veinte años, Alejandro Gándara -un excelente mediofondista- publicaba "La media distancia", una novela moderna donde el atletismo protagoniza una parte del relato.

En parecida situación de orfandad literaria se encuentra el ciclismo. Que yo conozca, existe una novela que publicó Javier García Sánchez en homenaje a Perico Delgado y que la tituló "L'Alpe d'Huez". Un relato con más voluntad que acierto, en cuya etapa reina el sprint final deja desfondado... al lector. Y poco más hay para llevarse a la boca.

Podíamos afirmar, pues, que la gran novela sobre el atletismo está por escribir. Queda lanzada la idea. Además, no habría que rebuscar material: la fauna que tenemos en este club, daría para escribir no un libro, sino una enciclopedia. El problema sería el género. ¿Tragedia, comedia, thriller...? Cualquiera podría ser, género erótico excluido. Una cosa es ver a Daniel Daniel Craig emergiendo del agua, y otra muy distinta ver a los chicos del Donostiarrak saliendo ateridos del baño en Ondarreta, con el pecho hundido y el vientre prominente.

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